marzo 29, 2024

Asesinato del estudiante «José Manuel Arauz», por mas escuelas y menos cuarteles

Por: Abdiel De León

¿Cómo comenzó todo?

El viernes 16 de mayo llega a la Presidencia una marcha estudiantil que venía desde Aguadulce hacia la Presidencia de la República reclamando un mejoramiento de la educación nacional.

Se inician las clases con un caos educativo: los colegios no estaban arreglados, no había educadores nombrados, no existían garantías democráticas en los centros de enseñanzas, el currículum no correspondía a las exigencias del mundo moderno.

Pero toda acción no se realizaba individualmente, las exigencias educativas eran también de toda la población estudiosa, por ello se unen las asociaciones federadas del Instituto Nacional, Artes y Oficios, Liceo de Señoritas y la Escuela Profesional, en apoyo a la movilización estudiantil coclesana. El presidente Ernesto de la Guardia se niega a recibirlos, los estudiantes anuncian que el lunes 19 de mayo volverán con su pliego de aspiraciones.

Esa acción estudiantil estaba dirigida por la Unión de Estudiantes Secundarios que tenía entre sus dirigentes a Ricardo Quirós, Virginia Ramírez, Luis Aguilar, Polidoro Pinzón, Carlos Jiiménez y Odilio González, entre muchos otros.

Ricardo Ríos explica que «el Presidente se negó a atenderlos. Ellos anunciaron entonces que volverían el lunes a la Presidencia.

En la mañana del lunes, la manifestación de miles de jóvenes es detenida en el parque de la Catedral lugar donde reinó la incertidumbre al ver mucha presencia policial.

Cuando se llega a la Plaza de la Independencia, el edecán del Presidente, Raúl Arias Espinosa, ordenó a la Guardia Nacional dispersar la manifestación estudiantil, empezaron las detonaciones y disparos, mientras comienza una gran confusión, habían estudiantes corriendo en masas hacia todas direcciones, entre ese caos una bomba lacrimógena disparada por una unidad de la policía, al no explotar en el aire pega directamente en el pecho del estudiante artesano José Manuel Araúz, que le causó la muerte en el instante; hecho que pudo haberse evitado si Ernesto De La Guardia hubiese atendido a la manifestación pacífica de los estudiantes».

Al correr el rumor y la noticia de la muerte de un estudiante todo el país se paraliza ante el mandato de los dirigentes de la Federación de Estudiantes de Panamá ( FEP): Andrés Castillo, Blas Bloise, Nicolás Dabello, Humberto Brugiatti, Eduardo Berbey, Carlos Núñez, Polidoro Pinzón, Floyd Britton, etc.

COMO OCURRIÓ EL ASESINATO

Ese viernes 19 de mayo de 1958, la decisión de la Asamblea de estudiantes de la FEP, habían aprobado la realización de una gran manifestación para exigir mejores condiciones de infraestructura, materiales educativos, rechazando también como los presupuestos eran dirigidos a la militarización del país, mientras la educación se deterioraba.

Ese día la manifestación muy numerosa y en forma masiva de parte desde el Instituto Nacional de Panamá en dirección a la presidencia de la República, con un pliego de peticiones, bajo la consigna. de «MÁS ESCUELA Y MENOS CUARTELES»‘ incluyendo la condena de la negativa influencia de la proliferación de cantinas en distintos lugares del país y la negociación del gobierno de escucharlos.

La movilización, integrada por miles de estudiantes de los colegios secundarios públicos y por estudiantes universitarios, era pacífica.

Pero la soberbia y el miedo de un presidente como (Ernesto De La Guardia Jr., del Partido Coalición Patriótica Nacional), y sus subalternos que hacen ordenar a la Guardia Nacional disolver a la fuerza esa marcha cívica estudiantil.

La muchedumbre de jóvenes es inicialmente detenida por la policía a la altura del parque de Santa Ana donde fue el primer encuentro de fuerza.

La muchachada no se dejó y continuaron su caminata hasta las cercanías de la iglesia de la Merced, don se tornó más tenaz, la intención de llegar al lugar de destino tenía que cumplirse, pero el cordon policial fue más fuerte a la entrada del parque catedral o plaza de la independencia, donde inició la brutal represión.

Allí es cuando cae el primer mártir de mayo de 1958, «José Manuel Araúz», en una calle aledaña a la Catedral.
(«Así me indica mi padre Fidencio De León Murillo, quien corría junto al mártir en el momento justo cuando fue impactado mortalmente»…).

A partir de este momento los gobernantes pierden el control de la situación: al mando del coronel Bolívar Vallarino, luego de la salvaje represión que dejó ese lamentable saldo.

José Manuel Araúz era un estudiante muy joven de apenas 16 años de edad, cursaba estudios en el Colegio Artes y Oficios.

Este hecho ocurrió en medio de los violentos enfrentamientos para evitar que el estudiantado llegara a la casa presidencial.

La Marcha convocada por la Federación de Estudiantes de Panamá (FEP) fue planificada con un sólo objetivo exigir al gobierno mejoras en la educación panameña.

TESTIMONIOS

Reynaldo Eliecer Rivera Escudero, cursaba el segundo año en el Instituto Nacional y contaba con sólo 12 años de edad, él explica:

La muchachada institutora, estaba bulliciosa y decidida. El «Nido de Águilas», tenía casi cuatro mil estudiantes. Hasta los salones de Coiba (así le llamabamos a las antiguas edificaciones del internado se usaban para dar clases).

Carlos Núñez, entonces secretario general de la Asociación Federada había dado su grito de combate: «a la calle compañeros, llegó la hora cero». Y así fué, frente a las escalinatas de las esfinges y bajo las «cariátides de bronce», estaba Víctor Gorday portando el estandarte patrio entre los primeros, a su lado Adolfo Ahumada, Floyd Britton, Medardo Pascual (el cholo), Eduardo Santos Santos Blanco, Enrique Tejada y muchos otros dirigentes que el tiempo se ha llevado, pero escucho la consigna de lucha, desde su garganta de gigantes, de dignidad: ESCUELAS SI, CUARTELES NO.

El rector, prof. Gallegos y el vice, prof. «Chachi» García, estaban preocupados. Sabian que el ministro de educación de turno , Carlos Sucre Calvo, no era hombre de tolerar acciones en las calles y la Guardia Nacional, comandada por «Lilo» Vallarino, menos.

La oligarquía nacional, despreciaba las luchas reivindicativas del estudiantado de la época y el presidente de la República, Ernesto de la Guardia, jr., era en realidad un prisionero de los tres comandantes de la Guardia Nacional, al servicio del imperialismo colonialista y su obsecuente servidor gobernante.

DÍAS POSTERIORES LA EFERVESCENTE JUVENTUD PRESAGIAN OTRA DURA JORNADA

De: Ricardo A. Ríos
Un Mayo Sangriento, estracto (Estrella de Panamá, 19 de mayo 2018 ).

El miércoles 21 de mayo se da un encuentro con Ernestito en el Palacio de las Garzas. Jaime De la Guardia, rector de la Universidad de Panamá, toma la iniciativa del diálogo y con los decanos y los dirigentes Andrés Cantillo, Ricardo Quirós y Ricardo Arturo Ríos Torres se da una reunión en la cual la FEP expone sus demandas.

Exigimos la renuncia del ministro de Educación, Víctor Juliao, y la destitución del edecán presidencial. El diálogo es puntual, franco, respetuoso, los directivos de la Casa de Méndez Pereira proceden con entereza y respaldan las peticiones estudiantiles.

Ernestito, en ese momento, tiene una actitud conciliadora, aprecié su preocupación y honestidad, se concluye con establecer un diálogo de alto nivel.

El miércoles 21 regresa al país Bolívar Vallarino, viene de Buenos Aires de una reunión con el Comando Sur y con él llegan los dioses de la muerte. Bolívar ignora el acuerdo del presidente. El timón de mando de la República está en los cuarteles.

El mandamás de turno es el comandante Bolívar Vallarino, antes lo era José Antonio Remón Cantera, el ‘quita y pon’ de presidentes.

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