Gobierno impone toque de queda para combatir la escalada de violencia
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, decretó este jueves un toque de queda nocturno en las ciudades de Colón y San Miguelito, como parte de una ofensiva contra el creciente problema del narcotráfico y las pandillas.
La medida, que entrará en vigor en los próximos días, restringirá la movilidad de los ciudadanos en estas zonas durante las horas nocturnas. Según el mandatario, esta acción es necesaria para «limpiar» las calles y trabajar con mayor eficacia en la lucha contra el crimen organizado.
Las estadísticas oficiales revelan un aumento significativo de los homicidios relacionados con el narcotráfico en Panamá. Colón y San Miguelito son dos de las áreas más afectadas por esta problemática, concentrando una gran parte de los asesinatos vinculados al crimen organizado.
El presidente Mulino señaló que el narcotráfico ha modificado la estructura delictiva del país, dando lugar a un incremento de la violencia y la actividad de las pandillas. Además, destacó el aumento en la incautación de drogas en los últimos años, lo que evidencia la magnitud del problema.
Para hacer frente a esta situación, el gobierno panameño ha anunciado una serie de medidas adicionales, entre las que se incluyen:
- Mayor presencia policial: Se reforzará la vigilancia en las zonas afectadas por el toque de queda.
- Depuración de los aeropuertos: Se llevará a cabo un proceso de depuración en los aeropuertos para evitar que sean utilizados para el tráfico de drogas.
- Intensificación del patrullaje marítimo: El Servicio Nacional Aeronaval aumentará su presencia en las costas y puertos del país.
- Reforzamiento de los controles aduaneros: Se reforzarán los controles en los puntos de entrada al país para evitar el ingreso de drogas.
Panamá, al igual que otros países de la región, se enfrenta a un grave problema de narcotráfico y violencia relacionada. Las pandillas operan en el país de manera cada vez más violenta, generando un clima de inseguridad y afectando la calidad de vida de los ciudadanos.
El toque de queda impuesto por el gobierno panameño es una medida drástica, pero que busca atajar de raíz un problema que ha escalado en los últimos años. La efectividad de esta medida será evaluada en las próximas semanas, y se espera que se complementen con otras acciones a largo plazo para combatir el narcotráfico y la violencia en el país.
