Gobierno intensifica deportaciones en medio de la crisis migratoria del Darién
Desde que asumió la presidencia, José Raúl Mulino ha priorizado la gestión de la creciente crisis migratoria en el Darién, la única frontera terrestre entre Panamá y Colombia. A pesar de no cumplir su promesa de campaña de cerrar el Darién, el gobierno panameño ha implementado una estrategia de deportaciones en conjunto con Estados Unidos.
El 24 de agosto, 30 ciudadanos colombianos fueron repatriados, sumando un total de 395 colombianos deportados hasta la fecha. Entre los deportados se encuentran personas con antecedentes penales por delitos como tráfico de drogas, armas y homicidio, según informó el director del Servicio Nacional de Migración, Roger Mojica Rivera.
A pesar de que el gobierno panameño ha asegurado que solo deporta a migrantes con antecedentes penales o aquellos que voluntariamente desean regresar, organizaciones de derechos humanos han denunciado que esto no siempre se cumple. El director de Migración reconoció que hasta ahora no se ha registrado ningún caso de retorno voluntario.
La falta de información por parte de Colombia sobre el número de migrantes que ingresan al Darién dificulta el manejo de la crisis. Panamá solo cuenta con datos de los migrantes que logran cruzar la selva, mientras que se desconoce la cantidad de fallecidos. El ministro de Seguridad, Frank Ábrego, informó que al menos 45 migrantes han muerto en el Darién en lo que va del año.
La llegada masiva de migrantes ha generado una crisis humanitaria en Panamá, con riesgos para la salud y la seguridad de los migrantes. El gobierno panameño ha confirmado la llegada de más de 231.000 personas en 2024, siendo los venezolanos, ecuatorianos, colombianos y chinos los grupos más numerosos.
