El Dr. Francisco Urriola, médico general alertó sobre la hipertensión pulmonar, una enfermedad que afecta a un pequeño porcentaje de la población mundial pero que puede tener consecuencias graves si no se trata a tiempo.
La hipertensión pulmonar se produce cuando la presión arterial en los pulmones aumenta, dificultando el flujo sanguíneo y sobrecargando el corazón derecho. Esta condición suele ser causada por otras enfermedades subyacentes, como enfermedades del corazón, hígado, pulmones o trastornos autoinmunes.
Los síntomas de la hipertensión pulmonar pueden variar de una persona a otra y empeorar con el tiempo. Algunos de los signos más comunes incluyen:
- Dificultad para respirar, especialmente al realizar actividades físicas.
- Fatiga y debilidad.
- Hinchazón en los pies, tobillos y abdomen.
- Mareos y desmayos.
- Dolor en el pecho.
- Piel y labios azulados (cianosis).
- Latidos cardíacos irregulares.
Actualmente, no existe una cura para la hipertensión pulmonar, pero existen tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. El tratamiento se centra en controlar la enfermedad subyacente y reducir la presión en las arterias pulmonares.
Recomendaciones para pacientes con hipertensión pulmonar:
- Evitar el tabaco: Fumar empeora la enfermedad.
- Precaución en viajes a grandes alturas: La disminución del oxígeno a grandes alturas puede agravar los síntomas.
- Vacunación: Es importante vacunarse contra la gripe y la neumonía.
- Evitar el embarazo: El embarazo puede aumentar el riesgo de complicaciones en mujeres con hipertensión pulmonar.
- Evitar actividades físicas intensas: Las actividades que requieren mucho esfuerzo pueden sobrecargar el corazón.
Dado que los síntomas de la hipertensión pulmonar pueden ser similares a los de otras enfermedades, es fundamental acudir al médico si se experimentan alguno de ellos. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden ayudar a mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes.
