La sequía azota al Canal de Panamá, obligando a restricciones y buscando soluciones a largo plazo
La vía interoceánica de Panamá, una de las más importantes del mundo, ha enfrentado un desafío sin precedentes debido a la prolongada sequía de 2023. Las reducidas precipitaciones, agravadas por el fenómeno de El Niño, obligaron al Canal a implementar restricciones en el tránsito de buques, reduciendo significativamente sus ingresos.
En su punto más crítico, a finales de 2023, el número de embarcaciones que cruzaban diariamente el Canal se redujo a la mitad, alcanzando un mínimo de 22. Esto generó un impacto económico considerable, estimado en alrededor de 800 millones de dólares en pérdidas por concepto de peajes.
Para hacer frente a esta situación, el Canal de Panamá implementó medidas como la reducción del calado máximo permitido para los buques, lo que limitó la cantidad de carga que podían transportar. Sin embargo, gracias a las recientes lluvias y a una gestión eficiente del recurso hídrico, la situación ha mejorado notablemente.
Ante la creciente variabilidad climática, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) ha puesto en marcha una serie de proyectos para garantizar la sostenibilidad de la vía a largo plazo. Uno de los más ambiciosos es la construcción de un nuevo embalse en el Río Indio, una inversión de más de 1.200 millones de dólares que permitirá aumentar la capacidad de almacenamiento de agua y mitigar los efectos de futuras sequías.
Además de las restricciones en el tránsito, la sequía también provocó un histórico atasco de buques en espera de cruzar el Canal, lo que obligó a la ACP a implementar un nuevo sistema de asignación de cupos.
El Canal de Panamá ha demostrado su capacidad para adaptarse a los desafíos planteados por el cambio climático. Sin embargo, la sequía de 2023 ha puesto de manifiesto la necesidad de invertir en infraestructura y desarrollar nuevas estrategias para garantizar la sostenibilidad de esta vital vía marítima a largo plazo.
