María Susana (nombre ficticio), una joven madre de 30 años, experimentó una transformación inesperada tras el nacimiento de su primer hijo. Lo que inicialmente se imaginaba como un período de inmensa felicidad, se convirtió en una lucha interna marcada por la tristeza, la ansiedad y la sensación de inadecuación.
A pesar de la ilusión que sentía durante el embarazo y el apoyo incondicional de su esposo, María Susana comenzó a experimentar síntomas de depresión posparto poco después del parto. La licenciada en Psicología, Mayra Holligan, explicó que esta condición puede manifestarse de diversas formas, desde cambios leves en el estado de ánimo hasta cuadros más severos que requieren atención médica especializada.
Síntomas comunes de la depresión posparto:
- Sentimientos de tristeza, ansiedad y desesperanza.
- Cambios en el apetito y patrones de sueño.
- Dificultad para concentrarse y tomar decisiones.
- Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba.
- Sentimientos de culpa e inutilidad.
- Pensamientos de hacerse daño o de dañar al bebé.
La culpa, según la especialista, es una emoción común en las mujeres que padecen depresión posparto. A menudo se sienten culpables por no disfrutar de la maternidad como esperaban o por no ser capaces de cumplir con todas las demandas de su nuevo rol.
El apoyo de la pareja es fundamental para ayudar a una madre que atraviesa por esta situación. El esposo puede colaborar de diversas maneras, como:
- Participando activamente en el cuidado del bebé.
- Ofreciendo apoyo emocional a su pareja.
- Buscando ayuda profesional si es necesario.
- Evitando juzgar o minimizar los sentimientos de la madre.
La licenciada Holligan enfatizó la importancia de buscar ayuda profesional a tiempo. Un tratamiento adecuado, que puede incluir terapia psicológica y, en algunos casos, medicación, puede ayudar a las mujeres a superar la depresión posparto y disfrutar plenamente de la maternidad.
La historia de María Susana es un llamado a la conciencia sobre la depresión posparto. Esta condición afecta a muchas mujeres y puede tener un impacto significativo en su bienestar y en el de sus familias. Al hablar abiertamente sobre este tema y al buscar ayuda cuando sea necesario, podemos ayudar a desestigmatizar la enfermedad y brindar el apoyo que las madres necesitan.
