marzo 29, 2024

Los jóvenes eran asesinados fríamente bajo el régimen militar

Por: Abdiel De León

Como ocurrió en otros casos, al principio el régimen militar, se caracterizó dentro de su estrategia represiva por asesinar y desaparecer constantemente a personas que discreparan política o ideológicamente con el status quo. Así fue en el caso del estudiante Ever Quintanar Guzmán, quien fue dirigente de «La Juventud Católica de San Miguelito» donde realizó su trabajo comunitario y eclesial en la Parroquia Cristo Redentor.

El martes 12 de Agosto de 1969, en las inmediaciones de Cerro Azul, área ubicada a unos 20 kilómetros al este de ciudad Capital de Panamá, fue detenido por miembros de la Guardia Nacional este joven de tan sólo 17 años de edad.

Este panameño adolescente estudiaba en el colegio José Dolores Moscote, donde muchos lo conocieron al igual que en su andar en el Movimiento de las juventudes de la iglesia dentro del popular distrito de San Miguelito.

En un artículo del diario La Prensa del 9 de noviembre del 2002 (Rolando Rodríguez), se destaca que un familiar del joven indica. «Quintanar se había sumado junto a dos sacerdotes estadounidenses, uno de ellos de nombre Leo Mahon, quienes se movilizaron conjuntamente con sus parroquianos cuando salieron a la calles a manifestarse pacíficamente contra los golpistas militares, incluso en el lugar se repartieron volantes y también en las escuelas, pero un compañero de Ever fue sorprendido en la Escuela Artes y Oficios, presionando en sus interrogatorios fue forzado a mencionar a Quintanar Guzmán».

Por lo ocurrido el dirigente juvenil y otros de sus compañeros fueron donde los sacerdotes, pero ellos les manifestaron que no podían hacer nada, que era mejor que se fueran a sus hogares. (Documentos desclasificados de la Embajada de Estados Unidos en Panamá, con fecha del 26 de noviembre 1968, revelan que el padre Mahon recibió serias advertencias del Mayor Natera de la G.N, del área de San Miguelito, y del propio Omar Torrijos, luego de estar activo en acciones de protestas (Facsímil).

ANTES DE SU DETENCIÓN Y DESAPARICIÓN

(Días antes de su detención había participado en una importante protesta antigubernamental, fue amenazado de ‘eliminarlo físicamente’, por lo que decidió irse con otros a Cerro Azul a refugiarse).

Un importante testimonio lo aportó Pastor Duran, promotor social y que conoció al joven líder en aquellos tiempos.

Duran, en aquel tiempo contaba con 22 años de edad cundo conoció a Ever Quintanar en la clandestinidad en una finca de la rural Pedregal, donde se habían refugiado un grupo de jóvenes que huían de la Guardia Nacional.

Pastor describe a líder; «recuerdo que yo admiraba a estos muchachos por su juventud menor de 18 años de edad y todos los tratábamos con mucha displicencia por su corta edad… En esas circunstancias conocí a Ever. Un muchacho jovial, inquieto, de mucho valor.

En la clandestinidad, Quintanar acompañó a Duran cuando se dirigió al este de la capital, hacia el área montañosa de Majé. Tiempo después, se vieron obligados a abandonar la zona luego que un campesino del grupo en el que estaba Duran y Quintanar cayera preso. Lo más probable era que al ser torturado dijera donde nos encontrabamos, indicó Pastor Duran. Por ello se refugiaron en otro lugar.

Tras una temporada en la capital, Ever fue asignado a un grupo de personas que se hallaban en Cerro Azul, en donde se encontraba la mayoría de los dirigentes del Frente de Resistencia Popular FRP, ex militantes de otro grupo denominado Movimiento de Unidad Revolucionaria MUR, organizado por el dirigente Federico Britton.

Después de una escaramuza donde fallecieron dos personas, en la finca de un señor apellido Urrutia, testigos indican que luego de su arresto fue trasladado en helicóptero al cuartel militar Los Pumas en Tocumen, donde fue brutalmente torturado, fusilado y su cuerpo desaparecido.

«Ever, no murió en el tiroteo, fue detenido vivo; el jefe del pelotón que lo detuvo se llama Pablo Garrido, y el Capitán responsable de su traslado vía aérea por helicóptero hasta el cuartel de Tocumen (Los Pumas) fue Santiago Fundora, lugar donde fue vejado y sepultado en una tumba sin nombre».

Tres década después en diciembre de 1999, en una ‘fosa común’ clandestina fueron encontrado sus restos en el antes mencionado cuartel castrense. Sus osamentas fueron cotejados en año 2003, bajo la prueba de ADN que resultaron positivos e identificada su identidad. Nunca se hizo justicia por este terrible caso de la dictadura militar torrijista.

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