Migrantes ahogados en el Darién: tragedia en aumento
Al menos diez migrantes, entre ellos seis venezolanos, tres vietnamitas y un colombiano, perdieron la vida ahogados en julio pasado en una zona del Caribe panameño, cerca de la frontera con Colombia. La información fue confirmada por el Ministerio Público panameño.
Las víctimas fallecieron al ser arrastradas por una crecida de río en la peligrosa «ruta de Carreto», una alternativa más costosa pero más corta que el cruce por la selva del Darién. Esta ruta, frecuentada por migrantes que buscan llegar a Estados Unidos, se ha vuelto cada vez más letal debido a las condiciones climáticas adversas y la falta de seguridad.
Las autoridades panameñas han iniciado la entrega de los cuerpos a sus familiares y continúan las investigaciones para identificar a las dos víctimas restantes. Además, han capturado a un grupo de ciudadanos panameños acusados de tráfico de migrantes, quienes operaban una ruta «VIP» a través del Darién.
La tragedia de estos migrantes pone de manifiesto la crisis humanitaria que se vive en la región y la necesidad de implementar políticas migratorias más justas y efectivas. El creciente flujo migratorio a través del Darién, agravado por la crisis política y económica en Venezuela, ha superado la capacidad de respuesta de las autoridades panameñas.
Desde el inicio de la nueva administración, Panamá ha tomado medidas para controlar el flujo migratorio, como la construcción de barreras perimetrales y la creación de un «corredor humanitario». Sin embargo, estas medidas no han sido suficientes para detener las muertes de migrantes en la selva.
La comunidad internacional debe prestar atención a esta crisis humanitaria y brindar apoyo a los países de la región para encontrar soluciones duraderas. Es necesario garantizar la protección de los derechos de los migrantes y promover la cooperación internacional para abordar las causas profundas de la migración irregular.
