Panamá rompe con la neutralidad y reconoce a la oposición venezolana
El nuevo Gobierno panameño, liderado por José Raúl Mulino, ha dado un giro radical en su política exterior hacia Venezuela. A solo un mes de asumir el poder, Mulino ha roto con la postura neutral de sus predecesores y ha reconocido al líder opositor Edmundo González Urrutia como el legítimo presidente de Venezuela.
Esta decisión se produce en el marco de una creciente tensión entre Panamá y el régimen de Nicolás Maduro, luego de que el Consejo Nacional Electoral venezolano anunciara la reelección de Maduro sin presentar pruebas contundentes. Mulino ha calificado estos resultados como «fraudulentos» y ha suspendido las relaciones diplomáticas con Caracas hasta que se realice una auditoría completa de los votos.
La postura de Mulino contrasta fuertemente con la de sus antecesores, quienes habían mantenido una política más cautelosa hacia Venezuela. Esta decisión ha sido aplaudida por la oposición venezolana y por varios países de la región que también han cuestionado la legitimidad del gobierno de Maduro.
Este nuevo capítulo en las relaciones entre Panamá y Venezuela tiene importantes implicaciones para ambos países y para la región en su conjunto. La crisis migratoria venezolana, que ha puesto una gran presión sobre Panamá, podría agravarse si Maduro continúa en el poder. Además, la suspensión de las relaciones diplomáticas tendrá un impacto negativo en el comercio y las inversiones entre ambos países.
Por otro lado, el acercamiento de Panamá a Estados Unidos y su interés en unirse al Mercosur son señales claras de que el país busca fortalecer sus relaciones internacionales y jugar un papel más activo en la región.
La decisión de Panamá de reconocer a la oposición venezolana ha generado una gran expectativa en la región. Resta por ver cómo reaccionará el gobierno de Maduro y cuáles serán las consecuencias a largo plazo de esta nueva política exterior panameña.
