abril 25, 2024

Por qué Putin pretende más asustar a Occidente que invadir Ucrania

El desarrollo de los acontecimientos ha sido imposible de ignorar: miles de tropas rusas fueron desplegadas cerca de la frontera con Ucrania, en un momento en que un grupo de buques de guerra estadounidenses supuestamente se dirigían al Mar Negro y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia les advirtió que se alejaran «por su propio bien».

A medida que la retórica hostil y los movimientos militares en Ucrania se han intensificado, los políticos occidentales han comenzado a temer una invasión abierta e instan al presidente ruso, Vladimir Putin, que «reduzca la escalada».

Rusia se ha negado: el Ministerio de Defensa insistió esta semana en que sus movimientos fueron en respuesta a los ejercicios «amenazantes» de la OTAN en Europa.

Pero luego Putin recibió una llamada telefónica de la Casa Blanca.

«Biden parpadeó primero»

«En el arriesgado juego de Putin, Biden parpadeó primero», argumenta el periodista Konstantin Eggert a propósito de la llamada del presidente estadounidense al Kremlin, en la que propuso reunirse con Putin «en los próximos meses».

Esto sucedió solo unas semanas después de que el presidente de EE.UU. dijera en una entrevista que el líder de Rusia era «un asesino«.

El paso del presidente Biden es ahora un tema de debate: tal vez lo hizo para prevenir un desastre o quizá fue una concesión errónea. Lo cierto es que en el período previo a una cumbre, una llamada como esta hace que el riesgo de una importante acción militar rusa se desvanezca.

«Sería realmente indigno de un político: sería una bofetada en la cara de Biden», le dice Eggert a la BBC.

«Pero el hecho de que fuera Biden quien sugirió que se reunieran le da a Putin la ventaja».

Decidida a enviar señales, en vez de soldados

Ciertamente la televisión estatal rusa lo cree así.

Tanto los presentadores como los invitados en los programas políticos han estado alabando la demostración de fuerza de Moscú, asegurando que su país resistió a la hostilidad de EE.UU. y de la OTAN.

Un comentarista incluso sugirió que los «nervios le habían fallado al presidente Biden».

El senador Konstantin Kosachev fue citado ampliamente argumentando que Washington se había dado cuenta de que era «imposible lograr la superioridad militar sobre Rusia» y que los dos países necesitaban volver al diálogo.

El reciente y ostentoso movimiento de tropas de Rusia siempre pareció retórico por parte de un país que renunció a su deseo de gustar y ahora quiere que Occidente le tema.

Cuando Vladimir Putin envió tropas y equipos al este de Ucrania hace siete años, lo hizo con operaciones secretas que hasta el día de hoy todavía niega haber llevado a cabo.

Pero esta vez, Rusia parece más decidida a enviar señales que a desplegar soldados.

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